jueves, 21 de enero de 2010

Teoria del aprendizaje y desarrollo intelectual en la edad escolar

Las teorías más importantes referentes a la relación entre desarrollo
y aprendizaje en el niño, pueden agruparse esquemáticamente en tres
categorías fundamentales, que examinaremos por separado para definir
claramente sus conceptos básicos.
El primer tipo de soluciones propuestas parte del supuesto de la
independencia de/proceso de desarrollo _y de/proceso de aprendizaje. Según estas
teorías, el aprendizaje es un proceso puramente externo, paralelo en
cierto modo al proceso de desarrollo del niño, pero que no participa
activamente en éste y no lo modifica en absoluto; el aprendizaje utiliza
los resultados del desarrollo, en vez de adelantarse a su curso y de
cambiar su dirección. Un típico ejemplo de esta teoría es la concepción
—extremadamente compleja e interesante— de Piaget; que estudia el
desarrollo del pensamiento del niño en forma completamente indepen-
diente del proceso de aprendizaje.
Un hecho sorprendente, y hasta hoy descuidado, es que las
investigaciones sobre el desarrollo del pensamiento en el escolar suelen
partir justamente del principio fundamental de dicha teoría, o sea de
que este proceso de desarrollo es independiente de lo que el niño
aprende realmente en la escuela. La capacidad de razonamiento y la
inteligencia del niño, sus ideas sobre lo que le rodea, sus interpretacio-
nes de las causas físicas, su dominio de las formas lógicas del
pensamiento y de la lógica abstracta, son considerados por los eruditos
como procesos-autónomos que no están influidos de ninguna manera
por el aprendizaje escolar.

Está claro que esta teoría implica una completa independencia del
proceso de desarrollo y del de aprendizaje, y llega incluso a postular
una neta separación de ambos procesos en el tiempo. El desarrollo debe
alcanzar cierta etapa, con la consiguiente maduración de ciertas funcio-
nes, antes de que la escuela pueda hacer adquirir al niño determinados
conocimientos y hábitos. El curso del desarrollo precede siempre al del
aprendizaje. El aprendizaje sigue siempre al desarrollo. Semejante concep-
ción no permite siquiera plantear el problema del papel que en el
desarrollo pueden tener el aprendizaje y la maduración de las fuikciones
activadas en el curso del aprendizaje. El desarrollo y la maduración de
estas funciones representan un supuesto, y no un resultado del
aprendizaje. El aprendizaje es una superestructura del desarrollo, y
esencialmente no hay intercambios entre los dos momentos.
La segunda categoría de soluciones propuestas para el problema de
las relaciones entre aprendizaje y desarrollo afirma, en cambio, que el
aprendizaje es desarrollo. Se trata, como se ve, de una tesis enteramente
opuesta a la anterior. Dicha fórmula expresa la sustancia de este grupo
de teorías, aunque cada una de ellas parta de premisas diferentes.
A primera vista, esta teoría puede parecer más avanzada que la
precedente (basada en la neta separación de los dos procesos), ya que
atribuye al aprendizaje un valor de primer plano en el desarrollo del
niño. Pero un examen más profundo de este segundo grupo de
soluciones demuestra que, a pesar de sus aparentes contradicciones, los
dos puntos de vista tienen en común muchos conceptos fundamentales
y en realidad se asemejan mucho.

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